
FLAMENCO DE FIESTA | CRÍTICA
El flamenco es un cuchillo Empieza el grupo al completo por bulerías. Luego Manuela Ríos se apodera del escenario con un tango poderoso, frenético, sensual. Muy técnico y muy directo como solo esta bailaora, una de las mejores de su generación, es decir de hoy, puede hacer. Íntimo y delicado, erótico y místico. Este podría haber sido el motivo del título de la obra ya que tango, una palabra al parecer de origen bantú, significaba, cuando se originó en La Habana, a principios del siglo XIX, fiesta. Poco a poco percibo que cada intérprete va a tener la oportunidad de lucirse en cada uno de los números sucesivos. Juanfra Carrasco da fe de la calidad de su timbre vocal en unos fandangos de inspiración caracolera muy emotivos. Manuel Tañé pone su poderío al servicio de la seguiriya jerezana. Y José Lérida, como no…