Conocida sobre todo por sus cantes festeros, no obstante la cantaora de Arcos de la Frontera empezó su actuación con tres melodías por tarantas que afrontó con un espíritu muy libre. También resultó muy abierto su enfoque de la seguiriya corta, que le acarreo la primera ovación cerrada de la noche: se trata de esos estilos cortos, abruptos, a ráfagas que requieren toda la entrega emocional. Por la vía grave se acercó también a la bulería por soleá, donde demostró su enorme virtuosismo rítmico. En los fandangos personales optó por la vía peripatética, esto es, cantar letras muy sentimentales poniéndose de pie y alejándose, de esta manera, del micrófono. Una fórmula que fue muy popular en los festivales de los años 70 y 80 y que, por lo que vemos, no está extinguida. La parte festera de su presentación incluyó unas cantiñas, «el cante de mi tierra» según dijo, que incluyeron un estribillo. En las bulerías, en la zona más aguda de su voz, se volvió a poner de pie para darse un par de pataítas de mucho sabor.
El cante de La Fabi es dulce y sentimental y su voz presenta un enorme colorido merced a la riqueza de armónicos que la adornan. Anoche pudimos apreciar los muchos matices que tiene la voz de esta cantaora que es una habitual del acompañamiento al baile, sobre todo en la compañía de Farruquito, pero que con Fruto y flores se dio a conocer como una excelente solista, con una gran proyección. Este es su primer y hasta la fecha único disco, publicado en 2018. La cantaora nació en la provincia de Cádiz, en concreto en Arcos de la Frontera, razón por la que por un tiempo fue conocida artísticamente como Fabiola de Arcos. El suyo es un flamenco temperamental y directo.
‘Fruto y flores’ La Fabi. Jueves Flamencos. Cante: La Fabi. Guitarra: Curro Carrasco. Palmas: Manuel Zambullo, Juan Márquez Carrasco, Juan Grande. Lugar: Teatro Cajasol. Fecha: Jueves, 22 de mayo. Aforo: Casi lleno.
Imagen: La Fabi en el Teatro Cajasol / Luis Castilla.