¡Conozca la 'Historia del Flamenco'!

Prensa

Los niños de Jerez

Rocío Molina completó en Jerez su trilogía sobre la guitarra en el que ha sido, sin duda, el más brillante de los espectáculos que ha ofrecido la muestra. La bailaora malagueña culmina de este modo un proyecto que se inició en la Bienal de Sevilla con dos espectáculos con la guitarra como única compañera en el escenario. En Jerez se trató de un mano a mano con Yerai Cortés, el brillante tocaor alicantino que ofreció una lección de madurez jonda. En ocasiones el baile se edificada sobre una nota única, obsesiva, de taranta. En otras era el frenesí de los tangos, de las alegrías. Dicen que Molina es vanguardia de lo jondo y estoy de acuerdo, asumiendo que la vanguardia es una tradición más del flamenco. Culmina Molina una trilogía de más de cuatro horas de baile flamenco sin cante. Y es que ya otra Molina, Amalia, lo decía en los 30: “soy una flamenca de vanguardia”, porque en esa época el baile flamenco se hacía acompañar de la guitarra, el piano, la orquesta … pero raramente del cante. Sin cante, y sin nada más que la guitarra. La pieza con la que concluye la trilogía me parece como una vuelta a la infancia y un ensayo sobre las adicciones, temática recurrente de su autora, en este caso centrado en las chuches. Así la hiperactividad que domina la pieza es la propia de la infancia y del subidón de azúcar. Lo que menos tiene que ver con la infancia es la ironía que domina buena parte de la propuesta (¿toda?) que es lo que menos me interesa. Ni siguiera en concepto. Escuché que se trataba de un espectáculo conceptual. Francamente, no es Hegel ni Schopenhauer, no se llame a engaño. Y lo que nos interesa es que Molina permanece casi 90 minutos en la escena y no para. No para de bailar. La taranta tiene algo de estatismo, sobre la nota hipnótica, obsesiva, de la que hablábamos antes. Pero el resto de la propuesta es un correr hacia el paraíso recobrado de la infancia. La propuesta nos ratifica una verdad esencial, la de que la vida es juego. Y que el juego es lo único serio de esta vida. ¿Es eso una propuesta conceptual? En realidad, todo el baile, flamenco o no, todo arte, juega con esta verdad. Por eso creo que, en el futuro, no hará falta la ironía, que impone una distancia entre nosotros y las cosas. Como digo, aunque perfectamente coherene, es lo único que me sobra de la propuesta. Una ironía que estaba completamente ausente en la primera parte de la trilogía que, por ahora, es la obra maestra de Rocío Molina, valerosamente secundada por Rafael Riqueni. Con todo, creo que la ingenuidad, en el mejor sentido de la palabra, la pasión del que está descubriendo la vida, el valor de cada nota, de cada cosa, de cada paso, tiene en Vuelta a uno mayor relevancia. En Vuelta a uno escuchamos la guitarra por primera vez, y también los pies, y vemos con mirada limpia el pasar del tiempo sin sentir. Pasada por una técnica arrolladora, desbordante, hipercultura o culturismo que es el que nos hace resabiados. Recuperar la libertad, ese es el mensaje, el concepto, de la propuesta. De un concepto práctico, en marcha. Esa libertad que, a la salida, tantos corazones abre. Y también cierra algunos porque hay quien no soporta la vida. Pero esos ya estaban muertos antes de entrar. Y para esos, supongo, que también somos nosotros, va la ironía: así que esta obra tiene cosas para todos: tradicionalistas, vanguardistas, metrosexuales, acólitos, mediopensionistas, funcionarios, inspectores, mercenarios y chavales. En el fondo de todos y cada uno hay una niña con muchas ganas de vivir. Aquí nos olvidamos de todos los recursos, de todos los efectismos, de todos los latiguillos. La técnica nos sostiene para desaparecer.

 

XXVI Festival de Jerez. ‘Vuelta a uno’. Extracto de ‘Trilogía de la guitarra’ (estreno en Andalucía). Idea original, dirección artística y coreografía: Rocío Molina. Música original: Yerai Cortés. Intérpretes: Rocío Molina (baile), Yerai Cortés (guitarra). Dirección de arte: Julia Valencia. Espacio escénico: Antonio Serrano, Julia Valencia, Rocío Molina. Diseño de iluminación, dirección técnica y técnico de luces: Antonio Serrano. Diseño de sonido y técnico de directo: Javier Álvarez. Diseño de vestuario: Julia Valencia. Regiduría y fotografía María Agar. Diseño gráfico: Julia Valencia. Acompañamiento para espacio sonoro: Pablo Martín Jones.

 

 

Reportaje gráfico: Javier Fergo/Festival de Jerez.

Related Posts