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Las flamencas de Julio Romero de Torres

La exposición que organiza la Fundación Cajasol de Sevilla incluye retratos de algunas de las flamencas de la época.

La Fundación Cajasol ha inaugurado la exposición Julio Romero de Torres. El sentimiento místico, una de las propuestas culturales dentro de su programación de actividades para este verano en Sevilla. Se trata de una muestra compuesta por 27 obras que presenta un recorrido por la trayectoria del maestro cordobés poniéndolo en contexto con los intelectuales coetáneos. Casi a la entrada de la exposición nos recibe uno de los lienzos más grandes que realizó el cordobés La consagración de la copla (1912). En ella aparecen varias celebridades de la época. Entre ellas no podía faltar una flamenca: Pastora Imperio (Sevilla, 1885-Madrid, 1979). Aparece a la derecha del espectador, sosteniendo una rosa, símbolo de lo femenino. La mujer es la protagonista de la obra de Julio Romero de Torres. El cuerpo femenino en su plenitud: erotismo, vitalismo, concepción, maternidad. Un erotismo que contrasta con la visión negativa que nos ofrece la exposición de la prostitución en la obra Nocturno, que presenta a siete prostitutas retratadas en el madrileño Arco de los Cuchilleros.

A Romero de Torres le interesa la mujer en su plenitud física, espiritual y emocional. Y retrata la belleza, el deseo, los celos, la pasión, la muerte. También la vida, porque la mujer puede concebir y crear, y eso aparece también en al menos dos lienzos de la muestra. En 1912 Pastora Imperio estaba en la plenitud de su belleza y de su carrera artística, estrella de los teatros de variedades y de los cafés cantantes y a punto de estrenar El amor brujo de Manuel de Falla en el Teatro Lara de Madrid. En la exposición hay otro retrato de Pastora Imperio, en este caso con la bailaora como protagonista exclusiva, un lienzo de 1922.

En esta obra podemos apreciar, en la tristeza de los bellísimos ojos verdes de Pastora, la fidelidad con la que el pintor retrata la realidad del paso del tiempo, tan complicado de asumir para una artista cuyo instrumento de trabajo era su físico. No fueron estos dos retratos los únicos que realizó Romero de Torres de Pastora Imperio, hay otros dos retratos individuales de la bailaora en la producción del cordobés.

No fue la única flamenca que retrató el pintor, naturalmente, un artista tan interesado en la mujer andaluza y en el flamenco. La bellísima bailaora jiennense Custodia Romero (La Carolina, Jaén, 1905- 1974), fue elegida como encarnación de Venus en el cuadro San Rafael, de 1925, una obra, no incluida en esta muestra, en la que espiritualidad y sensualidad son una misma cosa. Amalia la Gitana (Córdoba, 1888-87 años) aparece en esta exposición en La chica de la navaja, 1926, y en la mencionada La consagración de la copla, y en otras muchas obras al margen de esta exposición. Posó para un total de 17 lienzos del pintor.

Carmen Casena, cantaora cordobesa, aparece, entre otras obras, en La consagración de la copla. Por otra parte el cuadro Mujer con pistola, que podemos ver también en la muestra, podemos decir, asimismo, que está protagonizada por una flamenca. Se trata de una gitana de Linares llamada Natalia Castro Rodríguez (Linares, 1897-Madrid, 83 años) que, aunque no cantó, ni bailó, ni tocó la guitarra, en público estaba casada con el guitarrista Luis el Pavo. La obra, bellísima, fue un encargo para un cartel de la Unión Española de Explosivos, en 1925.

Otras flamencas a las que pintó Romero de Torres, y que no están en esta exposición, son Encarnación López La Argentinita, Laura Astolfi y la Ñiña de los Peines, entre otras. A La Argentinita (Buenos Aires, 1898- Nueva York, 1945) la pintó con apenas 17 años en 1915 y el lienzo es parte de la exposición permanente del Museo Julio Romero de Torres de Córdoba.

La bailaora y actriz Lolita Astolfi (Sevilla, 1904-1938) es la protagonista de un impactante desnudo titulado Cante hondo (1924). El retrato que presenta de la bailaora Julia Borrull (Valencia, circa 1895) en la obra Alegrías (1917) es delicioso, sensual y directo, y al mismo tiempo muy alejado de los tópicos de la iconografía flamenca.La Niña de los Peines fue retratada por el cordobés en la plenitud de su arte en 1918, tocando las palmas.

En el cuadro que hizo Julio Romero de Torres de Musidora (1921), la musa dadá, a su paso por España, ésta aparece reposando en un sofá, y tras ella una flamenca sosteniendo una guitarra. Flamenca que bien pudiera ser la mismísima Custodia Romero. O también podría tratarse de la mencionada Natalia Castro Rodríguez. O cualquier otra de las muchas flamencas, algunas celebridades, otras anónimas, que posaran para un pincor enamorado de la mujer y del flamenco.

‘Julio Romero de Torres. El sentimiento místico’ Fundación Cajasol, Sevilla. Hasta el 24 de septiembre.

Imagen: ‘La consagración de la copla’ Julio Romero de Torres. Museo de Bellas Artes de Córdoba.

 

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