
La palabra zambomba, con la acepción de “reunión festiva en la que se entonan villancicos y otros sones flamencos’ es muy reciente. Según la Real Academia de la Lengua, la palabra zambomba se imprime por vez primera en 1664 en un folleto de Luis Garay titulado Villancicos que se han de cantar en la Iglesia Metropolitana de Granada. Garay escribía estos villancicos cada año, pero esta es la primera vez que menciona, entre otros, al instrumento de percusión como acompañamiento de estos cantos. Pero la primera vez que la palabra zambomba se usa por escrito para referirse a una “reunión festiva que se celebra en fechas próximas a la Navidad en la que se entonan villancicos y cantes flamencos” es en 1996. En concreto, el día 20 de diciembre de ese año. Se trata de un artículo publicado por Manuel Ríos Ruiz, miembro fundador por cierto de la Cátedra de Flamencología de Jerez, en el ABC de Madrid. En realidad hay un documento registrado anterior, en este caso sonoro, en el que se recoge esta denominación de zambomba: es una entrevista de Juan de la Plata con Antonio Murciano en Radio Nacional de España en 1968 y la denominación se refiere en concreto a las reuniones festivas navideñas de Jerez y Arcos de la Frontera. La propia documentación de la declaración de la Zambomba de Jerez y Arcos como Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía recoge que “es a partir de ese momento cuando se generaliza la denominación de zambomba”. El momento al que se refiere el texto es cuando la Cátedra de Flamencología dirigida por Juan de la Plata empieza a organizar recitales de villancicos en la sede de la cátedra de Flamencología y en las peñas flamencas de Jerez, esto es, a finales de los años 70 del siglo pasado. Desde 1976, según afirma Juan de la Plata en sus memorias. En los archivos de la Cátedra hay un registro de 1977 titulado Nochebuena de Jerez en la Cátedra pues así es como se denominaba entonces a esta celebración, nochebuena de Jerez, y no zambomba que, como decimos, es una denominación posterior. Y ya se escuchan aquí cantos a coro. En este contexto surge la idea de crear el Coro de Villancicos de la Cátedra de Flamencología y se encarga a Parrilla la labor de dirigirlo y adaptar al sonido flamenco los villancicos tradicionales de Arcos y Jerez. Podemos escuchar al coro en la Misa del gallo de Parrilla de Jerez, de 1979, que, que ya es un primer paso en la línea de la zambomba moderna puesto que se trata de una adaptación de melodías de villancicos tradicionales al texto de la misa, y que, grabado en su celebración original, se publicó en 2011. Lo cierto es que Parrilla ya había adaptado varios villancicos, Los caminos se hicieron, Calle de San Francisco y Los peregrinitos, en su primer disco, Guitarra gitana de 1970, temas que luego usaría en la misa. Antes de eso, zambomba, también en Jerez, significaba lo que en el resto de España, esto es, el instrumento. La nueva denominación se extendió por localidades cercanas como Trebujena, Rota y Arcos, mientras que en otras zonas de la provincia gaditana se seguía aludiendo a estas reuniones como los “barruntos de nochebuena”. Por supuesto que la serie discográfica Así canta nuestra tierra en Navidad no es ajena al fenómeno ya que, desde 1982, fecha de la publicación del primer volumen, que en principio no iba a tener continuidad, se acompañó de presentaciones públicas … sobre todo, al principio, en colegios de la provincia de Cádiz. Y en la propia sede de la Cátedra. De hecho, el primer grupo de Así canta nuestra tierra en Navidad se llamó Coro de Villancicos de la Cátedra de Flamencología. Así aparece en los primeros volúmenes de la serie discográfica. Luego, entiendo que cuando Juan de la Plata se alejó del proyecto, pasó a tener otras denominaciones. Así que debemos considerar a Juan de la Plata y Parrilla de Jerez como los ideólogos de la zambomba.
Imagen: Las Corraleras de Lebrija y Parrilla de Jerez grabando el volumen XX de ‘Así canta nuestra tierra en Navidad’.