Soleares de Mercedes la Serneta. Seguiriyas, a la manera de La Periñaca, sin guitarra. Tangos de La Repompa. Levantica de Encarnación Fernández. Bulerías de La Perla. Tangos de Pastora. Colombianas, a dos voces, de la Niña de la Puebla. Milonga de Pepa de Oro con unos brillantes arreglos de tango porteño. Bulerías de Pastora. Fandango de Juana María. Bulerías de La Susi. Tientos de La Paquera. Taranta de (Carmen) Linares. Malagueña de la Trini: lo mejor de la noche. Aquí la intérprete se olvida de seducir, se olvida de la pujanza juvenil por llegar al público y se queda, madura, en la pura emoción, en la necesidad de cantar para emocionarse y emocionarnos. Es una Argentina posible. Es la Argentina que pudo ser, que será, que es. Y el arreglo a cuatro guitarras es maravilloso, también la puesta en escena. Bulerías de Juana la del Revuelo.