Cien años con Antonio
En 2021 celebramos los cien años de uno de los más grandes intérpretes de la historia de este arte. El BNE lo hace con la propuesta ‘Centenario Antonio Ruiz Soler’, que veremos en el Teatro de la Maestranza
Este año celebramos los cien del nacimiento en Sevilla de uno de los más grandes, quizá el mayor, bailaores de flamenco de la historia. Y este mes de febrero se cumplen 25 desde su muerte en Madrid. Se trata de Antonio Ruiz Soler, Antonio para el mundo del baile.
Con motivo de esta efeméride, el Ballet Nacional de España pondrá sobre las tablas Centenario Antonio Ruiz Soler, en el que rescata algunas de sus coreografías más emblemáticas. Será los días 15 y 16 de abril en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Antonio nació en la calle Rosario de Sevilla, pero pronto se mudó a la de Álvaro de Bazán, lugar donde hay instalada una placa conmemorativa. Ingresa con seis años en la academia de Realito de la Alameda de Hércules, donde una segunda placa, aún hoy, recuerda este hecho. Más tarde estudiaría también con Otero, Pericet y Frasquillo.
Realito lo empareja con Rosario (Florencia Pérez Padilla, Sevilla, 1918-Madrid, 2000), debutando con el nombre de Los Petits Sevillanitos en 1928, con Manuel Vallejo, en el Teatro del Duque, pasando a llamarse más tarde Los Chavalillos Sevillanos. Hay un testimonio gráfico maravilloso de esta etapa, una película grabada en l929 en el Cenador de la Alcoba del Alcázar sevillano.
En 1937, estando la pareja actuando en Barcelona, es contratada por el empresario Marquesi para una gira por América que les ocupara los siguientes 12 años, empezando en Argentina y siguiendo por Chile, Perú, Colombia, Venezuela, México, Cuba, recalando en EEUU, en el Waldorf Astoria de Nueva York, en 1939, y pasando en 1943 al Carnegie Hall. Actúan en algunas películas en Hollywod: Zigfield Girls, Hollywood Canteen, etc., en las que podemos apreciar ya el estado de espléndida madurez que ha alcanzado el baile del joven Antonio.
En estos 12 años coreografía obras de Albéniz, Larrega, Granados, Turina, Falla y Sarasate, cuyo Zapateado veremos en Sevilla a cargo del Ballet Nacional, e incorpora a su repertorio danzas hispanoamericanas. La vuelta a España se produce en 1949 con un estreno en el Teatro Fontalba, al que sucede una gira que los lleva, además de a España y a Europa, también a Oriente Medio y al norte de África. En 1952 se separa de Rosario al tiempo que crea el baile por martinetes, estilo que se baila por primera vez en la película Duende y misterio del flamenco de Edgar Neville. El éxito de la pieza fue tal que la incorpora a su repertorio legando un nuevo estilo al catálogo de bailes flamencos. Es otra de las piezas que incluirá el Ballet Nacional en su presentación en Sevilla.
Amplía sus coreografías a otros compositores como el Padre Soler, Rimski-Kórsakof, etc., incorporando también danzas vascas, Leonidas Massine lo invita a hacer El sombrero de tres picos en la Scala de Milán. El propio bailaor confesó en sus memorias que vetó la presencia de Rosario en la obra, imponiendo como Molinera a Mariemma. Al año siguiente presenta el Ballet de Antonio con El segoviano esquivo de Matilde Salvador en el que estiliza bailes tradicionales castellanos. Estrena también la Suite de sonatas del Padre Soler en el Festival de Música y Danza de Granada. Dicha obra se presentará también en el Teatro de la Maestranza en abril, a cargo del Ballet Nacional dirigido por Rubén Olmo. Antonio había coreografiado dos de las sonatas del Padres Soler en 1952, para un solo intérprete, como podemos ver en la película de Neville. Con su nuevo proyecto emprende una gira que le llevará a recorrer el mundo en los años sucesivos.
En 1954 presenta en el Teatro Saville de Londres su versión de El amor brujo y en 1956 la Fantasía galaica de Ernesto Halffter en el Festival de Música y Danza de Granada, obra que también repondrá el Ballet Nacional de España en su presentación de Sevilla. Ese mismo año coreografía Sonatina, con música de Ernesto Halffter, sobre el poema homónimo de Rubén Darío, que ya había montado Antonia Mercé, y Cerca del Guadalquivir sobre el poema Prendimiento de Antonio el Camborio de Lorca, Paso a cuatro de Pablo Sorozábal y La Taberna del Toro, con estilos tradicionales jondos, en el Teatro Palace de Londres.
Cerca del Guadalquivir no es su primer acercamiento al universo lorquiano, aunque sí el más completo hasta ese momento. De su época con Rosario datan sus primeras versiones de las canciones populares recogidas por Lorca: el Zorongo gitano, que también veremos en Sevilla en abril, y Café de Chinitas en 1948, estando aún en Estados Unidos y Debajo de la hoja, Anda jaleo y Los cuatro muleros en 1952. En 1958 estrena en el Festival de Música y Danza Granada su propia versión de El sombrero de tres picos. Es un hito porque esta coreografía va a quedar en el canon de la danza flamenca como la definitiva sobre la obra de Falla, quedando no obstante la versión de Massine, en la que, por supuesto, está inspirada la de Antonio, reservada para las compañías de danza clásica. Antonio Márquez, Paco Romero o José Antonio han firmado otras coreografías de esta obra, pero todas ellas remiten a la versión de Antonio.
Jugando al toro de Ernesto Halffter, se presenta en 1960 en el Liceo de Barcelona. En 1965 la compañía pasa a llamarse Antonio y sus ballets de Madrid, incorporando en los años sucesivos nuevos estrenos con música de Rodrigo, Falla, Albéniz, etc. Antonio Ruiz Soler lleva a cabo su última gira en 1978 con el espectáculo Antonio y su teatro flamenco que incluye, entre otras, algunas coreografías de inspiración lorquiana: La casada infiel con música del guitarrista Emilio de Diego y Sangre derramada sobre el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, a ritmo de carceleras.
El año siguiente es el de su retirada oficial en Sapporo, coincidiendo con sus 50 años de profesional, según propia confesión. En 1980 es nombrado director artístico del Ballet Nacional, sustituyendo a Antonio Gades, cargo del que será cesado dos años más tarde. En 1996 muere en Madrid.
Su filmografía abarca los siguientes títulos: Zigfield Girls (1941), Sing another chorus (1941), Hollywood Canteen (1944), donde hace una brillante interpretación de El Vito, Panamerican (1945), El rey de Sierra Morena (1949) y Niebla y Sol (1951) donde interpreta seguiriyas y el ballet El hombre y la estrella, que incluye un guiño al Zorongo gitano.
A partir de esta fecha aparece, ya sin Rosario, en Duende y misterio del flamenco (1952), Noches andaluzas (1953), Todo es posible en Granada (1954), Carrussell napolitano (1954), Pan, amor y Andalucía (1958), con unas alegrías, Luna de miel (1959), con el zapateado, un taranto y la coreografía completa de El amor brujo, Antonio en la Cueva de Nerja (1963), Sinfonía española (1964) y La nueva Cenicienta (1964), donde baila con Marisol dándole la réplica el Anda jaleo, el Zorongo gitano, alegrías y rumba.
Su filmografía se cierra en 1969 con La ley de una raza.
Imagen: Un pasaje de la ‘Fantasía galaica’ incluida en el espectáculo ‘Centenario Antonio Ruiz Soler’ del Ballet Nacional.