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ANTONIO EL RUBIO | CRÍTICA

 

Un joven de 91 años

Antonio el Rubio publica su último disco, ‘Sigo siendo’, producido por Israel Fernández, a los 91 años

Un disco francamente sorprendente pues Antonio el Rubio se ha metido en el estudio de grabación a los 91 años y, además, no es un cantaor profesional, aunque en su familia los hay, y muy destacados, como el gran Miguel el Rubio, hijo suyo, o Ingüeta Rubio, su nieto, cantaor, multiinstrumentista y compositor. Es hermano, además, de Joaquín el Canastero.

No creo que haya muchos lanzamientos discográficos que se puedan asimilar a este: grabar un disco a los 91 años no es algo que ocurra cada día. Por supuesto que El Rubio conoce el cante, su cante, naturalmente, a la perfección a pesar de no haber sido profesional sino vendedor de antigüedades en el Rastro de Madrid, adonde llegó desde su ciudad natal, La Línea, con la intención de dedicarse profesionalmente al cante, aunque luego la vida le llevó por otros caminos. Ya había cantado en locales de La Linea e, incluso, llegó a hacer sus pinitos en el mundo de los tablaos madrileños, pero la cosa no prosperó en ese sentido.

Portada del disco.

Admirador de Antonio el de la Calzá, Antonio el Rubio acuñó un fandango propio que, según el cantaor, influyó, incluso, en Camarón de la Isla, al que muchas veces le cantó en la intimidad. La Niña de los Peines, Lola Flores, El Pescaílla, Pansequito o Manuela Carrasco también fueron admiradores de su arte, como hoy lo es la joven estrella jonda Israel Fernández, que ha producido Sigo siendo.

Antonio el Rubio canta con enorme sabor y un hilillo de voz tostada, que se convierte en susurro en ocasiones, temas tradicionales y letras propias que lleva cantando toda una vida. En la bulería por soleá el soporte armónico se lo da Manuel Parrilla y en los tangos son las voces de La Fabi y Mari Vizarraga, con la guitarra de Josemi Carmona, los que subrayan el impulso juvenil.

Porque hay viejos de 18 años y jóvenes de 91, como demuestra esta obra.

Los fandangos son uno de los estilos más personales de Antonio el Rubio, que ha legado a su hijo y nieto, como pone de manifiesto el tercer corte de este disco, con la flamante guitarra de Pepe Habichuela, forever young. Sigo siendo incluye otros tres estilos fandangueros. Así, nos encontramos con un cante de Huelva, con la guitarra de Vicente Amigo y un bellísimo estribillo a cargo del gran José Soto Sorderita.

Con el acompañamiendo del piano espectacular de Diego Amador nos deja también Antonio el Rubio un apunte por fandangos impagable. Y los fantangos o fandangos por tangos, con, nada menos que Parrita, Duquende, Guadiana e Israel Fernández y El Paquete a la guitarra.

Además de los fandangos, en este disco resulta notable la entrega por bulerías.

No sólo por las características de este cante, también por la sonanta inimitable de Diego del Morao, uno de los grandes del toque de hoy, de siempre. Diego y Antonio forman aquí un dúo irrepetible: deliciosas las falsetas que escancia Diego y delicioso el sentido, natural, del compás, del Rubio, especialmente en ese estribillo marca de la casa. La guinda la pone el baile de Farruquito.

También hay cante grave en esta obra. El taranto con la guitarra de su hijo Camarón de Pitita, tocaor que repite en la seguiriya, y que recibió su nombre artístico del mismísimo cantaor de la Isla. O la soleá con Paco Heredia.

Efectivamente, lo han comprendido ustedes: este disco es un homenaje a un patriarca jondo que le hacen algunos de los más importantes cantaores, bailaores y guitarristas, jóvenes y maduros, del momento.

No es este el primer disco de Antonio el Rubio ya que en 1974 publicó otro con sus hijos Con mi Charo y mi Miguel, con Luis Habichuela y Manzanita, para CBS. Unos años antes había publicado Mis mejores fandangos con la guitarra de Pepe Habichuela, que vuelve a colaborar en el cantaor en Sigo siendo.

 

La ficha

‘Sigo siendo’. Antonio el Rubio. Producido por Israel Fernández. El Flamenco Vive.

 

Imágen: EL FLAMENCO VIVE

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